Principio de placer y represión.
Aunque sea fácil demostrar que el aprendizaje es mucho más rápido a través de la recompensa que a través del castigo, parece que es un hecho muy difícil de aceptar para occidente.
La moral esclavista ha convertido a la población en poco más que niños castigados injustamente, acomplejándonos, reprimiendo nuestros intentos de encontrar placer. Se nos incita a culparnos de vagos, de viciosos, de inmorales.
Cualquier desviación del modelo de persona seria y responsable vendido por la sociedad esclavista es visto como una herejía. Metafóricamente, es quemado en una hoguera en la plaza pública. ¿No ponemos a juicio la libertad de los personajes populares? Su consumo o no de drogas. Su sexualidad, sus infidelidades, su gusto al vestir, ...
El sexo es una forma de placer al alcance de ricos y pobres. De hombres y de mujeres. Es por ello que existe un movimiento generalizado de represión del impulso sexual. Desde las iglesias, desde la televisión, a través de la educación, de las familias.
En cambio la violencia, los asesinatos, los crímenes, y sus consecuencias son exhibidas a horas me máxima audiencia. La competencia salvaje, el éxito laboral, todo ello es promocionado como estilos de vida deseables.
La estadística apunta que las sociedades más restrictivas respecto al sexo, tienen un índice más alto de crímenes violentos. Solo eso ya debería ser bastante para hacernos cambiar de actitud. Pero al contrario, las instituciones siguen promoviendo el escarnio público, y la represión de toda forma de sexualidad que no encaje con sus ideales. Homosexualidad, BDSM, la simple promiscuidad sexual, todo ello es sometido a un falso juicio público, donde antes de leer los cargos ya se ha declarado culpables a los practicantes.
El vacío creado por estas necesidades incumplidas, es aprovechado para promover el consumismo. A través de campañas publicitarias cargadas de contenido sexual, modelos físicos a los que parecernos para el éxito sexual. Se nos permiten algunas formas de sadismo o violencia, como desahogo a la tensión que produce esta necesidad incumplida: fobias a la inmigración, homofobia, al sexo contrario, a la izquierda política, a la derecha política, ... Algunos grupos radicales, en especial los de carácter ultra-conservador, e integrista reaprovechan ese impulso, reconduciendo el odio de su rebaño insatisfecho.
También las drogas se transforman en un refugio para los individuos reprimidos de esta manera. Incapaces de aguantar la presión del entorno en contra de sus propias naturalezas.
Además de la salud mental, incluso la física puede quedar afectada por la represión del sexo. Rigidez en la zona sacra, pélvica, lumbalgias, calambres en las extremidades inferiores, nerviosismo, ... todo ello pueden ser indicadores.
Si ampliamos nuestra visión, podemos ver que no solo el sexo genital es reprimido. El mismo contacto físico es visto con desprecio, con desconfianza. Un beso en la calle o en un bar, el contacto entre dos personas del mismo sexo, el contacto con los niños, con los ancianos, ... Todo parece encontrarse con una barrera.
Los experimentos con animales demuestran que privando a una rata de laboratorio de comida y contacto, el sujeto busca antes el contacto físico que la comida.
Tal es nuestra necesidad.
Una necesidad que lleva demasiado tiempo reprimida. Tal y como se encuentren con el primer amigo o familiar, incluso un desconocido, tóquenlo. Abrácenlo, bésenlo, encajen su mano, palmeen su espalda. Háganlo con seguridad. Con sinceridad.
La moral esclavista ha convertido a la población en poco más que niños castigados injustamente, acomplejándonos, reprimiendo nuestros intentos de encontrar placer. Se nos incita a culparnos de vagos, de viciosos, de inmorales.
Cualquier desviación del modelo de persona seria y responsable vendido por la sociedad esclavista es visto como una herejía. Metafóricamente, es quemado en una hoguera en la plaza pública. ¿No ponemos a juicio la libertad de los personajes populares? Su consumo o no de drogas. Su sexualidad, sus infidelidades, su gusto al vestir, ...
El sexo es una forma de placer al alcance de ricos y pobres. De hombres y de mujeres. Es por ello que existe un movimiento generalizado de represión del impulso sexual. Desde las iglesias, desde la televisión, a través de la educación, de las familias.
En cambio la violencia, los asesinatos, los crímenes, y sus consecuencias son exhibidas a horas me máxima audiencia. La competencia salvaje, el éxito laboral, todo ello es promocionado como estilos de vida deseables.
La estadística apunta que las sociedades más restrictivas respecto al sexo, tienen un índice más alto de crímenes violentos. Solo eso ya debería ser bastante para hacernos cambiar de actitud. Pero al contrario, las instituciones siguen promoviendo el escarnio público, y la represión de toda forma de sexualidad que no encaje con sus ideales. Homosexualidad, BDSM, la simple promiscuidad sexual, todo ello es sometido a un falso juicio público, donde antes de leer los cargos ya se ha declarado culpables a los practicantes.
El vacío creado por estas necesidades incumplidas, es aprovechado para promover el consumismo. A través de campañas publicitarias cargadas de contenido sexual, modelos físicos a los que parecernos para el éxito sexual. Se nos permiten algunas formas de sadismo o violencia, como desahogo a la tensión que produce esta necesidad incumplida: fobias a la inmigración, homofobia, al sexo contrario, a la izquierda política, a la derecha política, ... Algunos grupos radicales, en especial los de carácter ultra-conservador, e integrista reaprovechan ese impulso, reconduciendo el odio de su rebaño insatisfecho.
También las drogas se transforman en un refugio para los individuos reprimidos de esta manera. Incapaces de aguantar la presión del entorno en contra de sus propias naturalezas.
Además de la salud mental, incluso la física puede quedar afectada por la represión del sexo. Rigidez en la zona sacra, pélvica, lumbalgias, calambres en las extremidades inferiores, nerviosismo, ... todo ello pueden ser indicadores.
Si ampliamos nuestra visión, podemos ver que no solo el sexo genital es reprimido. El mismo contacto físico es visto con desprecio, con desconfianza. Un beso en la calle o en un bar, el contacto entre dos personas del mismo sexo, el contacto con los niños, con los ancianos, ... Todo parece encontrarse con una barrera.
Los experimentos con animales demuestran que privando a una rata de laboratorio de comida y contacto, el sujeto busca antes el contacto físico que la comida.
Tal es nuestra necesidad.
Una necesidad que lleva demasiado tiempo reprimida. Tal y como se encuentren con el primer amigo o familiar, incluso un desconocido, tóquenlo. Abrácenlo, bésenlo, encajen su mano, palmeen su espalda. Háganlo con seguridad. Con sinceridad.
9 comentarios
Nox Umbra -
uroboros -
DCLXVI -
Efectivamente, la supuesta "apertura" en materia de sexo, está contaminada de "venta de valores".
El matrimonio, y el sexo dentro de él, o como "relaciones previas al matrimonio" es un ejemplo. Está claro que se dirije al individuo a un futuro, uno aceptado socialmente, y no otro abierto, donde cada cual elija su camino.
El sexo "por amor" es ensalzado, mientras que se da una imagen sordida del sexo fuera de la pareja.
De esa manera se "produce" de forma artificial el efecto, al marginar está práctica.
Los medios son en gran medida responsables de la opinión de mucha gente, y a su vez son una opinión, a veces descontrolada, a veces al servicio de oscuros intereses.
Si tienes que explicar cosas más extensas, puedes escribirme al mail que adjunto, esto está muy en la linea del tipo de ensayo que me gustaría para esta web.
Gracias.
Nox Umbra -
Sin alma, o solo portando un nebuloso recuerdo de ella, los humanos solo somos máquinas sometidas a las necesidades sociales de un mundo capitalista. Necesidades sociales que se nos imponen a través de la articulación de diversos dispositivos históricos definidos por las tensiones de la dinámica de las relaciones de poder. Así, el poder impersonal de la sociedad, a través del lenguaje y su uso discursivo, genera dispositivos, como en este caso la Sexualidad, que con su contenido definen nuestra personalidad, nuestra individualidad en virtud de la dinámica de las fuerzas de poder. Sin alma carecemos del impulso vital que nos brinda nuestra capacidad de ser seres anhelantes, nuestra capacidad libertaria de desear, de ser deseados; y así vamos perdiendo progresivamente el deseo de vivir.
(El presente comentario es solo una breve aproximación al tema de la represión de la sexualidad y sus diversas formas. El tema será abordado con mayor claridad en próximos comentarios)
Nox Umbra -
Nox Umbra -
Nox Umbra -
Hace dos dias que intento postear un comentario y aún recortándolo, no he podido...
SePhIrAhDaAtH -
elFRIQUI -