Belleza aprendida.
Una reciente lectura en un portal que me gusta promocionar, babydark, me ha hecho volver de nuevo a uno de mis temas de meditación favoritos.
Es el concepto de lo que es bello en un ser humano. Me centro en esta ocasión en lo que podemos llamar, a falta de un termino mejor, cultura occidental y la exaltación de un determinado modelo de belleza.
Desde el ciudadano de a pie, pasando por las marcas comerciales, y sobre todo los medios de comunicación de masas, todos colaboramos en difundir un modelo de belleza que lejos de hacernos felices, fomenta un sentimiento de angustia, una mortificación exagerada.
De esta belleza consensuada, lejana a los cánones de ninguna época anterior, y producto sin duda de la decadencia de una cultura acomodada, decadente, destacaría dos peculiaridades.
La primera, la expresada en la dirección facilitada anteriormente. La falta de coherencia entre el modelo vendido y la realidad cotidiana. En los últimos años la diferencia de peso entre una mujer de las pasarelas y la de una hija de vecino se ha dilatado enormemente. En la actualidad, la diferencia es ya superior al 20% . Las modelos, por lo tanto, no son valoradas por ser representativas de una mujer de nuestra época y cultura. Son valoradas por su extrañeza.
Así, solo podemos hacernos daño al intentarnos parecer a humanos de características físicas inusuales. Imagínense que en vez de la extrema delgadez, fuera el enanismo lo exhibido en las pasarelas, de nada nos serviría comparar nuestras proporciones con las de un enano, siempre nos veríamos desproporcionados.
La segunda es la rentabilidad de esos modelos. Y sobre todo un círculo de consumismo, que a través de la publicidad recoge toda la inseguridad, infelicidad, deseos no cumplidos, ... ofreciendo soluciones a nuestra falta de pertenencia a un grupo, baja estima, en forma de productos de consumo.
Con esta segunda apreciación podemos ya empezar a imaginar, si tantos quebraderos de cabeza y enfermedades mentales genera y tantas críticas suscita, ¿porqué los medios continúan emitiéndolo? Sí. No se engañen. Es una cuestión de rentabilidad.
Incluso, habiéndose estancado el mercado femenino, ahora aparece el modelo metrosexual para volvernos locos también a los varones. ¡Si quieres ser alguien, hay que consumir, muchacho!
Toda esta belleza, antinatural, claramente aprendida, que nos aleja más aún de nuestros gustos naturales. Una belleza nada platónica, que va variando, con la suficiente lentitud como para que no nos demos cuenta, y la rapidez necesaria para producir los beneficios económicos necesarios. Que se adopta en la mayoría de ocasiones más para gustar a otros, que por el propio placer.
Una monstruosidad.
Solo me queda afirmar que el consumidor se convierte en el rebaño que alimenta a los inversores de empresas de cosméticos, ropa, publicaciones de moda, clínicas de estética, esteticistas ... toda una familia de necesidades estéticas creadas artificialmente, nunca solicitadas por el público, pero aceptadas en general.
Necesidades que la publicidad modela a partir de cualquier deficiencia que podamos tener, consensuada a través de los medios de comunicación de masas, y de dudoso beneficio para su consumidor.
Es el concepto de lo que es bello en un ser humano. Me centro en esta ocasión en lo que podemos llamar, a falta de un termino mejor, cultura occidental y la exaltación de un determinado modelo de belleza.
Desde el ciudadano de a pie, pasando por las marcas comerciales, y sobre todo los medios de comunicación de masas, todos colaboramos en difundir un modelo de belleza que lejos de hacernos felices, fomenta un sentimiento de angustia, una mortificación exagerada.
De esta belleza consensuada, lejana a los cánones de ninguna época anterior, y producto sin duda de la decadencia de una cultura acomodada, decadente, destacaría dos peculiaridades.
La primera, la expresada en la dirección facilitada anteriormente. La falta de coherencia entre el modelo vendido y la realidad cotidiana. En los últimos años la diferencia de peso entre una mujer de las pasarelas y la de una hija de vecino se ha dilatado enormemente. En la actualidad, la diferencia es ya superior al 20% . Las modelos, por lo tanto, no son valoradas por ser representativas de una mujer de nuestra época y cultura. Son valoradas por su extrañeza.
Así, solo podemos hacernos daño al intentarnos parecer a humanos de características físicas inusuales. Imagínense que en vez de la extrema delgadez, fuera el enanismo lo exhibido en las pasarelas, de nada nos serviría comparar nuestras proporciones con las de un enano, siempre nos veríamos desproporcionados.
La segunda es la rentabilidad de esos modelos. Y sobre todo un círculo de consumismo, que a través de la publicidad recoge toda la inseguridad, infelicidad, deseos no cumplidos, ... ofreciendo soluciones a nuestra falta de pertenencia a un grupo, baja estima, en forma de productos de consumo.
Con esta segunda apreciación podemos ya empezar a imaginar, si tantos quebraderos de cabeza y enfermedades mentales genera y tantas críticas suscita, ¿porqué los medios continúan emitiéndolo? Sí. No se engañen. Es una cuestión de rentabilidad.
Incluso, habiéndose estancado el mercado femenino, ahora aparece el modelo metrosexual para volvernos locos también a los varones. ¡Si quieres ser alguien, hay que consumir, muchacho!
Toda esta belleza, antinatural, claramente aprendida, que nos aleja más aún de nuestros gustos naturales. Una belleza nada platónica, que va variando, con la suficiente lentitud como para que no nos demos cuenta, y la rapidez necesaria para producir los beneficios económicos necesarios. Que se adopta en la mayoría de ocasiones más para gustar a otros, que por el propio placer.
Una monstruosidad.
Solo me queda afirmar que el consumidor se convierte en el rebaño que alimenta a los inversores de empresas de cosméticos, ropa, publicaciones de moda, clínicas de estética, esteticistas ... toda una familia de necesidades estéticas creadas artificialmente, nunca solicitadas por el público, pero aceptadas en general.
Necesidades que la publicidad modela a partir de cualquier deficiencia que podamos tener, consensuada a través de los medios de comunicación de masas, y de dudoso beneficio para su consumidor.
6 comentarios
DCLXVI -
El antiguo foro a sido sustituido por uno nuevo, donde si ves las fechas todo tiene a los sumo una antigüedad de 72 horas!!!
El antiguo foro tubo muy buenos posts, esperemos que el nuevo herede esa solera.
Gracias por seguir la recomendación (en este caso infructuosa), y SALVE.
Excepcional -
En cuanto al portalillo que nombras aquí y en otro de tus comentarios, recomendandome leer sobre el tema allí, pues habia una discusión interesante sobre este tema. Debo decirte que allí no hay nada interesante, ni siquiera hay una discusión sobre ese u otro tema. Estas seguro que el sitio que dices se llama babydark? Si es así, es extraño, pues me parece un sitio reciente y con ansias de mediocridad.
DCLXVI -
No es una pregunta que me haga, precisamente porque a la hija del vecino la puedo conocer mínimamente, a la modelo no.
No, no tengo necesidad de borrar su linea, ni a ella. Con lo que entiendo que quieres decir borrar su psicología, sus opininiones,... La pregunta de comparar una persona conocida, con un personaje público (falsamente conocido), ya es una invitación a "borrar" a la conocida para ponerla a la altura del personaje público.
También estamos afectados de ese topicazo y de no poder ver más allá de una estúpida guerra de sexos. Yo he sufrido por parte del mujeres el agravio de ser comparado, con muy mal resultado con un personaje público. Si te tomas la molestia de usar el enlace, podrá leer una conversación entre mujeres sobre el tema de la belleza.
Así que DCLXVI tenemos nuestros gustos, pero somos también objetivo de los de otras personas.
Otra cuestión es que sea un miedo común, pero juzgas muy rápido a Nos.
De hecho el rechazo, y la crítica a todo lo que rechace la realidad consensuada, es algo que inicialmente tenía pensado aparecería en este artículo. Parece imposible que alguien adopte una postura "benefactora" sin esconder algo.
Yo (perdon, Nos, que ahora soy plural...) estoy (estamos) dispuesto a iros enseñando que es lo que escondo, pero no pretendo convenceros, si te gusta lo tomas, y si no, sigue buscando tu camino, eso es una cosa que los comunicados de la O. N. D. dejan claros: no somos pastores.
EXCEPCIONAL -
Si la gente normal toma ese patrón de elleza como propio, como lo normal, eso olo deuestra que no son normales.
También es resultado de toda una parafernalia que se monta para hacer creer que si eres de tal o cual forma, seras exitoso.
Ahora me pregunto, ustedes que han escrito tan bien al respecto...Si pudieran elegir entre la hija de vecino, una chica promedio, y una modelo cualquiera ¿Cuál eligirian? :) ;)
DCLXVI -
Supervivencia de los más aptos. En gran medida tienes razón. Una vez denunciado el caso, develado el engaño, no solo por mi, si no por muchas oras personas, el que continua con el modelo es porque quiere.
Atreverse a pensar, entender o atreverse a preguntar. Todos ellos son comportamientos que nos enseñan quien está preparado para vivir más allá de la mediocridad.
Para el mediocre, ésa "cultura occidental", siempre tendrá un hueco, una utilidad.
El excepcional, entenderá o preguntará.
SALVE
uroboros -
tendrian que conocerse mas a si mismos y decidir despues que camino seguir,en lugar de aferrarse a la primera quimera que se les vende,es un claro indicio de la vulgaridad y comodidad que nos rodea,y de la cual nos tenemos que mantener alejados
por respeto a nosotros mismos.Siempre y cuando no vivamos de ello,pues entonces seria otro enfoque el adecuado.Los negocios son los negocios,¿o no?y si la mayoria son felices siendo engañados,pues todos contentos,manipuladores y manipulados,es lo que hay.
Salufor a todos/as.