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O. N. D.

Gnosis Heterodoxa

Por Deelish

Si bien las variables de análisis desde las que puede abordarse el Gnosticismo son diversas, pues puede ser definido en virtud de su cronología, de su origen, sus elementos predominantes, etc. En este artículo se tratará el Gnosticismo desde una perspectiva filosófica; es decir partiendo de la idea que sirve de base a esta corriente de pensamiento en todas sus variedades.

El problema fundamental en el cual el gnosticismo centra su interés, es aquel concerniente al origen del mal; que se halla ligado a su vez al origen del mundo. Esta idea referente al origen del mal constituye la idea básica de todas las teorías gnósticas; es su objeto de conocimiento, y las diferentes escuelas gnósticas pueden distinguirse unas de otras en virtud a la solución dada a este problema elaborada por cada una de ellas.

El gnosticismo heterodoxo reúne las propuestas panteístas y dualistas respecto del problema de la creación y el origen del mal.

Escuela panteísta

El representante principal del gnosticismo panteísta es Valentín o Valentino. Éste reunió, desarrolló y sistematizó las corrientes panteístas manifestadas hasta entonces dentro del gnosticismo. Valentino formulo sistema gnóstico más acabado y completo. Los rasgos principales de este sistema son:

1º Desde la eternidad, antes que todas las cosas y como principio de ellas, existía el Abismo, que era acompañado por el Silencio. Luego de infinidad de tiempo, el Abismo transmite al Silencio la idea que había concebido, manifestarse. Así nacieron la Inteligencia y la Verdad; las cuales junto al Abismo y el Silencio constituyen los cuatro Eones primitivos, las cuatro manifestaciones primordiales de la Divinidad o del Ser. Esta tétrada primitiva pasó después a ser ogdoada, porque la inteligencia y la verdad producen la Palabra y la Vida; que constituían una tétrada.
Esta tétrada pasa a ser ogdoada y éstas a su vez producen al Hombre y la Iglesia. Esta ogdoada primordial da origen a otros veintidós Eones, diez de los cuales emanan de la Palabra y la Vida, y los doce restantes del Hombre y la Iglesia.

La emanación de unos y otros se verifica por Syzigias o parejas. Todos reciben nombres oscuros de raiz griega. Las doce parejas de Eones que emanan del Hombre y la Iglesia son Parakletos (consolador), y Pistis (fe); Patriklos (lo que pertenece al padre), y Elpis (esperanza); Metriklos (lo que es de la madre) y Agape (caridad); Aeinous (inteligente) y Synesis (prudencia); Eclesiastikios (eclesiástico) y Makariotes (dicha); Thélétos (volente), y Sophia (sabiduría).

Este conjunto de Eones, es de carácter politeísta por su forma, y en esencia fuertemente panteísta; pues todos estos Eones son emanaciones descendentes del Ser, el cual de ser inactivo y silencioso, pasa a manifestarse en Inteligencia y Verdad, en Palabra y Vida, en Humanidad e Iglesia. Esto mismo puede decirse de los demás Eones inferiores, que son manifestación mediata del Ser e inmediata de la ogdoada. La emanación de los Eones por parejas es una reminiscencia de las religiones politeístas con sus parejas de dioses femeninos y masculinos.
El hecho de que estas Sygzigias de Eones son todas emanaciones inmediatas o mediatas del Ser o divinidad primordial permite dar cuenta del profundo panteísmo del sistema desarrollado por Valentino; pues todo esta impregnado en una cierta manera de la divinidad primordial.
Estos treinta Eones constituyen el Pleroma, que si tenemos en cuenta lo dicho, como cada uno de ellos tiene en cierta manera parte de la esencia de la Divinidad; el Pleroma constituido por todos los Eones no sería otra cosa que la totalidad del Ser Absoluto.

El Eón femenino Sophia, el último de los treinta eones que conforman el mundo superior, dado que los Eones se ubican en relación al Ser Absoluto por orden jerárquico; es el Eón mas alejado de la esencia del Absoluto, a quien casi no distingue y conoce. Por tal razón en el Eón Sophia nace el deseo de comprender al Ser primordial, al padre; este deseo del eon Sophia produjo en el Pleroma un desequilibrio o perturbación (deseo y conocimiento parece que constituyen elementos de desorden aún en el mundo superior)
Este desequilibrio causado por el deseo de conocimiento del Eón femenino Sophia solo cesó cuando la Inteligencia, el segundo Eón del Pleroma, el hijo único del Padre (el otro, la Verdad, era Hija única del Padre), produjo una nueva pareja de Eones: el Cristo y el Espíritu Santo, destinados a restablecer el equilibrio y la paz eonica del mundo superior.
Por su deseo de unirse al Abismo y comprender=conocer su esencia, el Eón femenino Sophia fue expulsado del Pleroma y precipitada en el Caos; transformandose en Sophia Achamoth (sabiduria de orden inferior). El Eón Sophia, ahora Sophia Achamoth da origen debido a sus crisis, desasosiegos y "angustias existenciales" al mundo material o visible; el cual es por consiguiente resultado de la degeneración del superior, debiendo su origen inmediato a la pasión. Movimiento desordenado y malo de uno de los Eones del Pleroma.

Aunque suene a parodia, lo dije así precisamente para acentuar el real estado de agitación del Eón caído Sophia; cuya causa de crisis era la angustia. El sentimiento de angustia es fundamental y básico en la constitución de todos los sistemas de creencia desarrollados por la humanidad. En todos ellos la angustia constituye el elemento fundacional, por caracterizar mejor su función generatriz

Los primeros productos de Sophia Achamoth son la materia y el Demiurgo. Este último es como el alma universal, el principio activo del mundo que da origen a los seres del mundo material, entre ellos a los humanos. El hombre recibe así su cuerpo de la materia, su alma del Demiurgo, y sus aspectos espirituales de Sophia Achamoth, la cual recibe este poder del espíritu santo enviado por Cristo.

Así en la constitución del mundo actúan tres principios fundamentales: la materia pura (principio hylico), la vida animal (principio psíquico), y la vida espiritual (principio pneumático), y todas las diversas sustancias de las que se compone el Universo, responden a estos tres principios.
Los tres principios forman partes iguales en la constitución del hombre y se desarrollan en virtud de cómo éste los cultive; existiendo de esta forma hombres hylicos, hombres psíquicos y hombres pneumáticos o espirituales. Estos últimos manifiestan y encarnan el principio divino en el mundo, y la redención del hombre consisten en el conocimiento de ese principio divino, en el conocimiento de la ciencia perfecta o Gnosis del Pleroma.

EScuela dualista

El gnosticismo dualista, es representado principalmente por Saturnino y Basílides.

El primero de éstos admitía la existencia de dos reinos: el de la Luz y el de las Tinieblas. En la cúspide del reino de la Luz, y como primer origen de los seres que le componen, está el Dios supremo, oculto en sí mismo e incognoscible en su esencia. De este dios proceden los seres que forman el mundo espiritual. Estos seres se disponen en grado decreciente de perfección a partid del centro ocupado por la divinidad. En la ultima posición de esta pirámide jerárquica se ubican los siete Ángeles o espíritus inferiores encargados de formar el mundo visible, al cual casi no llega la luz divina del mundo espiritual.
Debido a esto y a la la relativa impotencia de estos siete Ángeles a los que se oponía Satán, solo pueden fijar el tenue reflejo de la luz divina en un numero escaso de hombres. Ese sería entonces el origen de los hombres buenos, que serían de esta forma buenos por naturaleza, y de los hombres malos también por naturaleza
Satán sirviéndose de estos hombres naturalmente malos, llega a adquirir dominio sobre los hombres buenos, lo cual hizo necesario que la Divinidad enviara a Cristo para salvar a los hombres buenos
Cristo sería entonces un ser espiritual, que solo tendría apariencia de hombre, pero no el carácter de la naturaleza humana. Es también superior al dios de los judíos, el cual es en realidad el primero de estos Ángeles organizadores del mundo material

De esta forma la materia que en esencia se opone al espíritu, es el origen o esencia del mal, que se personifica en Satán. La materia como esencia del mal explica el predominio del mal en el mundo visible, en el que abunda la materia y adolece de espíritu, cuya escasa presencia es combatida por Satán, a fin de eliminar el tenue reflejo divino que pocos hombres pudieron obtener.

Este es el origen del antagonismo entre dios y Satán, es decir entre materia y espíritu; entre los seres espirituales o pneumaticos y los hylicos carnales. En armonía con este doctrina, Saturnino y sus adeptos consideraban como malo todo lo que envuelve contacto íntimo con la materia; condenaban hasta la comida de carne, y afirmaban que el matrimonio es una institución ilícita y satánica.

Basílides desarrolla un sistema dualista también, como el de Saturnino, por más que se diferencie de él en algunos puntos más o menos importantes y en algunas de sus aplicaciones.
El gnosticismo de Basilides difiere del de Saturnino por el numero de emanaciones o efectos de la divinidad que componen el mundo superior. A los Ángeles de Saturnino, Basílides añade seres y emanaciones hasta un total l de trescientos sesenta y cinco mundos intelectuales, anteriores todos y superiores al mundo visible y material.

Para Basílides, el reino de la Luz y el reino de las Tinieblas o del mal, son dos reinos igualmente eternos, existentes por sí mismos e independientes el uno del otro. Mientras que estos dos reinos funcionaron cada uno separadamente, es decir dentro de los límites correspondientes a cada uno de ellos; todo funcionó ordenadamente. El desorden dio inicio cuando algunos seres del mundo de las Tinieblas, luego de haber percibido la luz de las inteligencias del mundo superior, desearon unirse con éstas.
El mundo visible debe su existencia a esta unión de principios buenos y malos. El mundo visible es organizado por los ángeles inferiores residentes en el último cielo. Siendo el primero o principal de ellos el dios de los judíos. La impotencia relativa de estos Ángeles, unida a los esfuerzos de las potencias del mundo tenebroso para juntarse con ellos, es la causa de que en este mundo el bien y el mal se hallen mezclados y dispersos por todas partes, de que el mal sea consecuencia inmediata del bien, y de que el principio divino que entra en el alma humana se halle oprimido por los vicios y pasiones.

Para libertar al espíritu de las trabas de la materia, restituyendo la existencia espiritual que tenía antes de unirse al cuerpo y restablecer el orden primordial, el dios supremo envió al mundo a su hijo primogénito, Cristo. Cristo, un ser espiritual, descendió sobre Jesús cuando este fue bautizado en el Jordán
El conocimiento de la verdad secreta y oculta que Cristo comunica a ciertos hombres elegidos, es lo que constituye la gnosis, la ciencia superior del cristiano, que eleva a éste sobre los demás hombres. Esta ciencia o iluminación le exime de la influencia de la materia y de las potencias del mundo de las tinieblas. Ningún movimiento de las pasiones y de la carne, ningún pecado puede impedir su salvación, o sea su regreso al seno del dios supremo, principio del mundo de la luz.-

En Saturnino y Basílides, lo mismo que en Valentín, se descubre la influencia de las ideas platónicas, las cuales aparecen en estos sistemas hipostasiadas o personificadas para explicar los atributos divinos y el origen del mundo. La distinción entre el mundo superior e inteligible y el mundo inferior o material, así como la metempsicosis y la preexistencia de las almas, son también derivaciones y aplicaciones del platonismo.

Las doctrinas del gnosticismo, en sus versiones panteísta y dualista, se caracterizan por ser sistemas compuestos casi en su totalidad por elementos procedentes de la filosofía pitagórica y platónica. Tal es el elemento común que comparten estas doctrinas.
La escuela panteísta difiere de la dualista debido a la noción implícita en su doctrina de que todo en cierta forma posee un vestigio de la esencia de la Divinidad absoluta. Este elemento podría también definirse como de procedencia griega pues fue un filósofo griego, ahora no recuerdo cual, que sostuvo que todo estaba atravesado por el aliento de lo divino. Estas doctrinas panteístas, si bien presentaban elementos del cristianismo estos eran reelaborados en virtud de la guía filosófica pitagórica y platónica que dirigía al gnosticismo.

En virtud de estas influencias filosóficas pitagóricas y platónicas, el gnosticismo explica la creación del mundo y el origen del mal en consonancia con las ideas propuestas por tales escuelas filosóficas. Así sostenían que el mundo superior, emanado de la divinidad absoluta, era un mundo racional, espiritual.
El mundo inteligible, es decir cognoscible y material donde viven los humanos sería una manifestación imperfecta del mundo superior, espiritual y racional originada por los espíritus menos perfectos del mundo superior.
El alma humana sería parte del mundo espiritual o superior, siendo así su existencia anterior a la unión de la misma con un cuerpo material. Esta noción de pre-existencia del alma es la base ideológica en que se funda la noción de metempsicosis.
El alma unida al cuerpo está como aprisionada y expulsada de ese mundo superior del cual es originaria, pero conserva las aspiraciones propias de su naturaleza superior, que sería lo que la llevaría a desear trascender el mundo material, a través de la auto superación a fin de alcanzar el mundo superior al que pertenece. Esto llevaría a los humanos pneumaticos o espirituales a desear perfeccionarse y elevarse sobre las leyes naturales para alcanzar la felicidad que poseían en su vida superior y anterior a la encarnada. Ese es el camino que propone el Gnosticismo, la unión gnóstica, intima e intuitiva con la divinidad primordial

8 comentarios

Elías Robles -

Buenos días: He entrado en su página de Ustedes, y les puedo asegurar que me identifico mucho con su filosifia.
Les invito a entrar en mi blog, y si les agrada a que publequen cuantos trabajos crean Ustedes, que son de inteés general.

Mi blog, es laico, e imparcial, todo el mundo puede escribir y nadie cobra ni paga nada por hacerlo, lo único es que los trabajos han de ser respetiosos y coherentes.

Dandoles las gracias anticipadas, les saluda: su amigo en la Eternidad

Elías Robles Ferrero (profesor saile selbor)

Saile Selbor -

Hola Señores: Me encantaria que visiten mi página y poder tener el privilegio de insertar trabajos de Ustedes, en ella.
Mi página diariamente es visitada por personas de los países de Habla Hispana. Podran ver la estadistica si clican en el contador de visitas.
Reciban un cordial saludo.

Abraxas -

Buen artículo. Felicidades.

Nox Umbra -

(continuación del comentario posteado el 13/10/04)
¿Qué fue lo que condenó a Sophya: ¿ El desear conocer al padre o simplemente DESEAR; algo solo reservado a la potencia divina? El deseo, al ser cualidad divina, no sería maligno o desequilibrante. Lo que la cosmovisión gnóstica intenta expresar es que el DESEO sentido por un Eón es algo "fuera de lugar". El DESEO es el elemento de desequilibrio y de falta de orden. ¿Por qué? Será tal vez porque DESEAR, es una pulsión “divina”; y como tal que un ser eónico "deseara" implicaría manifestar en sí esa potencia divina? Parecería que sí. Cabe recordar que una vez caída en desgracia Sophya Achamot "consumida" por la angustia y el deseo da existencia al mundo material y al demiurgo. Así vemos que ese deseo manifestado en el Eón lo transmutó en hierofanía; es decir en una manifestación de la potencia divina que la ungió como tal. La gnosis propone un pensamiento en el que se condena el Deseo, se culpabiliza la acción de desear. Estas dos características, muy queridas por diversos sistemas de pensamiento religioso-filosóficos, han sido implantadas por diversos medios en el pensamiento de la sociedad en general. La culpabilización del deseo implícita en todas las filosofías religiosas y no tan religiosas...¿No tendrá por finalidad el hacernos sentir culpables de nuestra capacidad generadora, de nuestra capacidad “divina” de DESEAR? ¿No nos inducirán a dominar nuestros impulsos vitales pues estos nos liberan de ataduras terrenas transmutándonos en emanación de lo divino?

Anónimo -

Nox Umbra -

Creo que la falta de comentarios sobre el tema de la gnosis en parte tiene cierta relación con lo que comentó Deelish.
Tal vez muchos hayan leido el artículo. Pero al ser el pensamiento gnóstico algo intrincado, no por complejo, sino por sus cosmovisiones plagadas de seres pneumáticos, hylicos,psíquicos, eones, mundo de luz y de tinieblas paralelos aunque funcionando imbricados, etc; puede derivar en que el lector quede exhausto.
También puede haber creado cierta confusión la referencia a tres doctrinas gnosticas cristianas que aunque semejantes difieren entre sí por no tantos elementos como pudiera desprenderse de sus cosmovisiones respectivas.
No obstante todo esto, el pensamiento básico de estas escuelas gnósticas es el mismo, el bien y el mal siempre han existido.
En un caso como mundos con funcionamiento paralelo, en el otro el mal surge como "desequilibrio" al interior del mundo de la luz o Pleroma. Esa versión del "nacimiento" del mal como resultado del des-orden del Pleroma debido al DESEO de un Eón, el último, el mas lejano del conocimiento de su ignoto padre, echa luz sobre el fundamento ideológico de la "moral" que rige nuestras sociedades. Pero lleva en sí mismo el germen de la destrucción de esa moral, el germen está ahi, solo hay que saber captar su mensaje y obrar en concordancia.-

Deelish -

DCLXVI ¿Eres acaso tan inocente como para creer que alguien se tomaría el trabajo de leer integramente un articulo sobre gnosticismo y tener interés en comentarlo?
Y no digo lo precedente por subestimar a los lectores, nada que ver. Lo digo porque tal artículo, como el gosticismo en sí, es algo intrincado; a pesar de ser absolutamente simple en el mensaje contenido. Sucede que tantas escuelas gnósticas con sus diferentes cosmovisiones, eones, concepciones sobre el origen del mal, etc; terminan mareando a cualquiera y quitando el ánimo y/o interes como para comentar algo sobre el tema.

DCLXVI -

Todavía me sorprende como han pasado tantas días y no se ha escrito ninguna opinión en este artículo.
Las bases del pensamiento gnóstico todavía nos influyen hoy.
El pensamiento dualista, por ejemplo:
¿Cuantos parejas de héroe-némesis aparecen en el arte actual?
Luego está el cada vez más vigente antiheroe. En el inconsciente colectivo, poco a poco se van introduciendo más características del denominado "mal". De esa manera, el campeón del bien, se va configurando como un ser dual, donde su mal se hace, o bien necesari, o bien consecuencia de la carga que le supone su dedicación a un fin mayor.

¿No creeis?